Fecha
26 de noviembre de 2025
Prensa

Rodrigo Garrido – Agenda Logística

Rodrigo Garrido plantea que la separación clásica entre primera, media y última milla sigue siendo útil para entender desafíos operativos diferenciados. “La primera milla es recoger carga desde un fabricante o almacén, la media milla es moverla entre hubs y la última milla es el tramo final hacia el consumidor”, señala. Según el académico, el valor de estudiar la media milla por separado radica en que “en esta fase intervienen grandes volúmenes, infraestructura de transporte, modos combinados y ciclos de tránsito entre centros, elementos que requieren diseños distintos a los de la entrega final”.

La media milla enfrenta barreras estructurales vinculadas al diseño urbano, la normativa y la disponibilidad de espacios. Garrido subraya que las restricciones urbanas a vehículos pesados siguen siendo uno de los principales obstáculos. “Horarios limitados, zonas reguladas y accesos restringidos dificultan la operación, aunque estén justificadas por impactos urbanos”, advierte.

El académico identifica otro punto crítico: la falta de infraestructura logística urbana. “No hay espacios adecuados para microhubs, cross-docks o estacionamientos de carga. Hoy las empresas deben usar veredas o espacios públicos y pagar multas por operaciones necesarias. La congestión también es un cuello de botella estructural y la infraestructura vial no está diseñada para flujos logísticos y faltan pistas de uso exclusivo o zonas de detención seguras”, plantea.

Fecha
26 de noviembre de 2025
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